Para Ricauter Vidal
Fui sonámbulo toda mi vida; finalmente un día, después de tanto temerlo, desperté (mi otro yo) sentado frente a lo que había sido mi cuerpo: pies balanceándose a pocos centímetros del suelo, la cara a punto de estallar, los ojos brotando de ella, la soga tensa, eficiente. A tempranas horas de la mañana el chico de al lado lo encontró; el hallazgo le habrá dado una noción vertical de la muerte. Minutos después, oficiales con uniformes azules (azules como el frío) se llevaron los restos sin notar mi presencia. Yo me levanté y caminé por la ciudad. Para cuando se hizo de noche había llegado a la bahía, llamado por la sal, mi sal. Ahora baño las rocas con mi espuma, nunca duermo.
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© 2007, Javier Medina Bernal
Tomado de "En la ciudad de la bahía: mariposas y rupturas" (inédito)
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1 comentario:
Buen relaro NACHO!
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