Aquella mujer bellísima que tanto admiró desde lejos en su infancia y adolescencia se hallaba de nuevo ante él. Sólo que ahora —aunque hermosa— era una persona entrada en años, de edad asaz distante de la suya.
Luego de verla y experimentar la emoción del encuentro con lo dolorosamente anhelado y que supuso perdido para siempre, se retiró con asco ante la irrupción violenta y amarga de un conocimiento adquirido: el de que todo lo que ha madurado por completo está a punto de empezar a podrirse.
---
© 2007, Myriam Bustos Arratia
Tomado de Microficciones (Ed. Tecnociencia, San José, 2002)
Puedes saber más de la autora [[AQUÍ]].
No hay comentarios:
Publicar un comentario