Como manatí
sólo me dejo tocar por el agua
busco refugio en grutas
huyo de otros habitantes
de tinieblas.
Como coyote en desierto
abandono la cueva a media noche
y mis ojos en llamas
trepan la brecha de la luna
camino a la extinción.
Como culebra mala
que se enreda el en árbol
y afila sus colmillos
en los espejos de agua.
me asusto de mí misma,
muerdo mi cola y giro.
Como jilguero en domingo
guardo un dorado grito
en la garganta
para dejarlo libre cuando escape
entre los negros cielos
la mirada del sol.
---
© 2007, María Elena Cerecero
Puedes saber más de la autora [[AQUÍ]].
No hay comentarios:
Publicar un comentario