Doña Déborah está esperando, ansiosa, el resultado de la prueba de ADN. De pronto se pone de pie porque ve aparecer al fondo del pasillo al médico que se le acerca con el sobre en la mano. Por unos segundos pierde su férreo aplomo porque se siente atenazada por la angustia, intenta reponerse respirando profundamente y toma el sobre que le ofrece el galeno. Da las gracias y se sienta, como un reo que se apresta a recibir su veredicto. Entonces lo rasga, muy despacio, como queriendo amortiguar el golpe mortal que supondría la confirmación de su sospecha o porque algo dentro de ella se niega a saber lo que prefiere ignorar. Pero procede, abre la página y lee. El desenlace la llena de júbilo.
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© 2007, Lupita Quirós Athanasiadis.
Tomado de la revista MAGA #60-61 (Panamá, 2007).
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2 comentarios:
Y nos quedamos con el júbilo después de la agonía, Lupita...
Este cuento de Lupita me gusta mucho por la forma en que te lleva, lentamente, in crescendo, a un final que el lector es el que debe decidir. Esta técnica se me hubiera ocurrido con un relato de terror, con un final oscuro y violento dejado a la mente del lector, pero me gusta más como funciona en este caso. Por último, me encanta cuando el autor respeta al lector, y sólo lo guía por ese mundo imaginario de la obra literaria. Saludos, JLRP
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